viernes, 23 de diciembre de 2016

Happn 4 - Barbie 2

Cortito, al pie y sin ninguna reflexión acerca de fin de año viene esta cita de Happn:

Hace muchos días que estoy borracha, empecé en la fiesta de fin de año (que arrancó diurna y siguió en mi casa) y una semana después no logré bajar mi nivel del alcohol en sangre. No es un orgullo sino un marco situacional: estoy bo-rra-cha.
Un vinito con uno, un ron con otro, una cerveza con las chicas y hoy ya no puedo mantener una conversación coherente, pero ayer fue una noche bonus track. 
En la fiesta de fin de año se armó grupo de Whatsapp y muchos fueron a un after, otros querían ir también a un boliche palermitano muy top y yo le sugerí a mi amiga Memi, también en el grupo, que nos hiciéramos las boludas. Ella trabaja en la misma empresa que yo pero nos vemos poco; es filósofa (y yo estudio letras), histriónica, alegre y muy inteligente. Las charlas con ella son un desafío constante y nos pareció mejor, por suerte a ambas, mandar todo a la mierda y hacer rancho aparte.
Terminamos en un bar de Cañitas tomando cerveza y comiendo papas con unos pibes de Happn. 
¿Cómo? yes, yes, yes.
Preparándome para salir abrí Happn y le di like a un hippie con barba y boina, tenía dos fotos nomás pero muchos intereses en común y (después de ver cómo es el mundo de ingenieros convencionales) pensé que sería un buen compañero para ir a ver bandas. El pibe la mejor onda, me dijo si no tenía una amiga para salir ayer, le dije que justo estábamos por ir al bar y se prendió con 2 amigos más.
Terminamos hablando de la vida hasta las tres de la mañana, contándonos las cuitas de las ideas a las mil ginecólogas (yes), contándonos historias familiares y riéndonos mucho (mucho). En fin, se armó un grupo de lo mejor: el hippie, el alto misterioso y el rubio y, por otro lado, las chichis.
Hablamos mucho, me di cuenta de que mi cita en realidad estaba más interesado en mi amiga y eso era una suerte, porque yo estaba muy contenida con sus amigos.
Salimos a fumar unas secas, me di cuenta de que tenía que pensar rápido y, cuando estábamos por entrar, uno me encaja un beso. Lindo beso para ser que veníamos de cerveza y humo.
Memi quiso volverse y se tomó un taxi, para ese momento yo ya había sido lo suficientemente poco clara como para no marginar a nadie pero lo suficiente para que no se entiendan mis intenciones.
Me acompañó a casa el rubio. Ojo, el rubio es un auténtico bombón, gracioso, pícaro y fachero, pero el alto es un potro total y no sabía cómo hacer para dar vuelta la situación...
Cuando llegamos a mi casa -a la que ya le había aclarado que no iba a subir- me dio un beso y yo bien no supe qué hacer porque... no supe qué hacer.
Y bueno, acá estoy, todavía tratando de conseguir el teléfono del alto, resacosa y satisfecha por un like de happn que resultó en una salida de lo más divertida y en una búsqueda de tesoro telefónico.


2 comentarios:

  1. Buen, de a poco empiezan a servir estas aplicaciones.

    Me rehúso, igual.

    Salú, querida.

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  2. Me ha encantado tu blog, las ideas y escritos que plasmas,te invito a que me visites en mi blog: Saudades da volta.

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